domingo, 18 de abril de 2010

El último momento

Querido Zack:

¿Recuerdas que un día me preguntaste cual era mi deseo? bien, pues te hice una lista con veinte tres deseos, ¿lo recuerdas? con veinte tres deseos que me gustaría cumplir pero ahora que no estás aquí mi único deseo es pasar más tiempo contigo, cuando vuelvas, claro, sé que tienes mucho trabajo, ser soldado de primera clase no es fácil.

Sabes, no he podido llenar Migdar de flores, lo siento, es que es mucho trabajo para mi sola, prefería esperar a que tu llegaras y me ayudaras como prometiste. Las flores están preciosas, de un amarillo intenso, pero hace días que no salgo a vender, creía que te lo había explicado, es que se me ha roto una de las ruedas del carrito que construimos y no sé como arreglarla, es verdad, te lo escribí en una de las cartas, la…trece creo…

Me viene a la cabeza…como solía llamarte Angeal… a ya sé! Cachorrillo, jajaja porque eras incansable, aún esta aquí, esperando que un día se habrán las puertas de la iglesia y seas tu quien entra, me hace compañía. El chico de la coleta, Seng, también se pasa por aquí a menudo, aunque no habla demasiado, se limita a coger mis cartas y se marcha.

Tenemos tantas cosas que hacer, juntos, tienes que llevarme fuera de la plataforma y así podre ver el cielo, extenso y azul, pienso en que me agarraras de la mano y mis miedos desaparecerán, pero no desaparece el vacio que has dejado soldado, debo tener paciencia me repito.

Zack, no se que esta pasando, hace meses de tu marcha y no se nada de ti, no contestas a mis cartas, a ninguna de las ochenta y ocho, esta es la que hace ochenta y nueve, la última.
Estoy asustada, la espera se me está haciendo eterna, lo prometiste!

Tu Aerith.

PD: Vuelve pronto, te hecho de menos.

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