lunes, 19 de abril de 2010

Avance

Frente a la ventana, reja. Un objeto antilibertad. Reuno con mis compañeros un requisito necesario para el siguiente paso. Los pajaros piden a gritos que lo hagamos. Rompemos la barrera, nos deshacemos de ella. Caras de felicidad llenan el pequeño patio trasero, donde el aire limpio y las nubes juegan con nosotros. Pero nada más mirar hacia arriba, mis sospechas se cumplen. Hay más ventanas, y por consiguiente más rejas. Más escudos. Mis compañeros no desisten, pero no siguen con el mismo empeño. Ahora que me fijo, ¿seguro que hay rejas? Ni siquiera existen esas ventanas...
Existen, por suerte mis locuras.

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