Espera, porque veo la llave. Está al otro lado de mi celda. Totalmente fuera de mi alcance. Bien, al menos pensé en crear una llave. De metal, muy brillante, no encaja con la frialdad de esta celda. Aún queda algo de cordura, pero se encuentra muy lejos de mí. Tampoco hay modo alguno de llegar a ella. Pero hay una llave; entonces hay esperanza después de todo. Empieza a hacer más y más frío. El viento no deja de hablarme, el ambiente está demasiado cargado.
Estoy seguro de que si no hubiera luz, la pequeña llave seguiría brillando. Es como una meta, tengo que alcanzarla. Vamos a ello.
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